La regla de oro de la empresa

La calidad potencial del vino se encuentra ya en la uva. Cuando llegan los racimos a las instalaciones Hugel en pleno corazón de Riquewihr, son controlados segun los criterios de calidad. Se llenan las prensas por gravidez y despues de una lenta presión solo se conservan los primeros jugos, los que merecerán llevar la famosa etiqueta amarilla. El caracter de cada cepa y cada calidad son respetados. Las añadas consideradas flojas son parcialmente eliminadas y revendidas a granel.

Casi toda la bodega Hugel esta situada debajo del admirable edificio del siglo XVI. Dentro de sus bodegas se hacen notar los toneles mas que centenarios, de roble, al lado de la famosa Ste. Caterine de 1715 y que figuran en el libro Guinness de records. Esta tradición no excluye la innovacion: el control de las temperaturas de fermentación, el embotellado y almacenamiento son robotizados. Un miembro de la familia supervisa rigurosamente todas las etapas de la elaboración. Despues de embotellado descansa una media de dos años en la bodega, y no es etiquetado hasta pasar un ultimo control de calidad.

Una imagen de marca de reputacion mundial

Pese a ser una empresa familiar de talla modesta, la casa Hugel goza de una reputación que ha dado la vuelta al mundo. Los vinos de Hugel se encuentran en los mejores restaurantes de Francia, y mas del 80% de la producción se exporta a mas de 100 paises. La familia Hugel ha sido escogida entre una de las doze casas de vino familiares de las grandes regiones del mundo PRIMUM FAMILIAE VINI: una asociación de doze bodegas familiares de las mejores regiones vinícolas del mundo. La firma es también un miembro del HENOKIENS, una asociación internacional de las compañías familiares que tienen más de doscientos años de existir.

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